BROZAS
7 de septiembre de 2021
Plaza de toros/22:00 h.
Músico extremeño, denominación de origen pata negra, ha recorrido el mundo con su guitarra y sus canciones bailables y rebeldes.
Nadie como él agita una coctelera en la que los ingredientes son el rock, la rumba, el flamenco… Acaba de presentar su último disco, Revolución bailable, que compuso en Chile a ritmo de cumbia y ya está grabando, en Navarra, el siguiente.
A Miguel Caldito el nombre artístico le viene de fábrica. Caldito es su apellido real, y no se nos ocurre ningún alias mejor para un músico que mezcla con tanta sustancia en el caldero de su guitarra estilos como la rumba, el flamenco, el rock, el reggae o la cumbia.
Se inició en el mundo de la música siendo muy pequeño. Con solo catorce años ya tocaba por las calles de Badajoz, Sevilla y más tarde Tánger, París, Bruselas… Con la guitarra por equipaje ha recorrido el mundo. Este cantante extremeño de nacimiento, trotamundos de adopción, ha sido músico callejero y ha publicado discos como Camaleón canalla, que vendió más de cincuenta mil copias. Pero Caldito no mide el éxito con cifras. La música es para él la libertad, y la libertad el camino, aquellos a quien encuentra en él (que en el caso de Caldito han sido, además de todos los que adoramos sus canciones, artistas como José Antonio Rodríguez, Antonio Orozco, Kutxi Romero o Chico Trujillo —una leyenda viva de la cumbia—, por citar solo algunos de los que han colaborado en sus discos).
Ha grabado varios discos: Camaleón canalla, Vagos y maleantes, Jartito y Revolución bailable. Además, produjo Aleación, una antología musicada de poemas de Sor Kampana, en la que participaron cantantes y grupos como Marea, King Putreak, La banda del abuelo o el propio Caldito. Compuso canciones para películas como A ras de suelo o Bestezuelas, de Carles Pastor. Su último disco es Revolución bailable, compuesto y editado en Chile, con colaboraciones de artistas latinoamericanos, como Evelyn Cornejo o Chico Trujillo, una leyenda de la cumbia.